DOI: 10.20986/resed.2019.3766/2019
AVANCES EN DOLOR

El uso de las nuevas tecnologías en los pacientes con dolor crónico. Una realidad que no se puede negar

The use of new technologies in patients with chronic pain. A reality that cannot be denied

I. Failde Martínez

Catedrática Medicina Preventiva Salud Pública. Directora del Observatorio del Dolor. Universidad de Cádiz. España

Correspondencia: Inmaculada Failde Martínez
inmaculada.failde@uca.es

Durante los días 4 a 7 de septiembre se ha celebrado por primera vez en nuestro país, concretamente en la ciudad de Valencia, el 11th Congress of de European Pain Federation (EFIC). En este congreso, bajo el título “Bringing the future to the present” se abordaron una gran variedad de temas en distintos foros y reuniones donde tuvimos la oportunidad de intercambiar experiencias y opiniones con profesionales del dolor de numerosos países. Uno de los temas más novedosos tratados en el congreso ha sido la utilización de las nuevas tecnologías como e-health en los pacientes con dolor crónico.
El avance de la tecnología en los últimos años y del consumo de internet y de dispositivos móviles en la población es un hecho, y su utilidad como una herramienta para la comunicación con el paciente, para aumentar su motivación y para el seguimiento autónomo y dinámico de cualquier intervención, parece obvio que se va instalando poco a poco. Debido a ello, la aplicación de estos dispositivos al campo de la salud constituye indiscutiblemente hoy en día uno de los polos de desarrollo económico y social (1) y es objeto de publicaciones en diferentes revistas científicas.
Distintos estudios llevados a cabo en diversas áreas de la salud han mostrado que las apps desarrolladas para su aplicación a pacientes permiten, por ejemplo, lograr una mayor adherencia de los enfermos a las recomendaciones del médico, facilitar el seguimiento y una adecuada monitorización de los tratamientos (2,3). Sin embargo, se han señalado algunas limitaciones que provocan que, hasta el momento, su incorporación en la práctica clínica habitual no sea totalmente aceptada.
El interés por el uso de este tipo de dispositivos en los pacientes con dolor crónico, como no podía ser de otra manera, también ha crecido de forma notable, aunque los resultados obtenidos en estos enfermos son contradictorios, y su efectividad a largo plazo no parece que haya sido evaluada extensivamente para sacar conclusiones definitivas (4). A pesar de ello, hay que decir a su favor que su utilización no parece que sea una barrera en la práctica clínica habitual, y sin embargo sí podrían ser de gran ayuda como herramienta complementaria a las estrategias multimodales habituales.
En un artículo recientemente publicado en la revista Pain Medicine (5), mediante una revisión sistemática de la literatura y un metanálisis, los autores hacen un estudio riguroso de los efectos de estos dispositivos sobre parámetros tan importantes como la intensidad del dolor, la función física, la función emocional, la satisfacción y los efectos secundarios de los tratamientos, todos ellos indicadores recomendados en el IMMPACT (Initiative on Methods, Methods and Pain Assessement in Clinical Trials) (6). Los autores, después de una selección exhaustiva de las publicaciones, analizan los resultados de 19 artículos. En casi la mitad de ellos se evalúa la efectividad de estos dispositivos en pacientes con dolor crónico de distintas causas, comparando sus resultados con un grupo control que denominan “pasivos”, que siguen recomendaciones educativas o sobre estilos de vida o sobre tratamiento, como es habitual. Los autores, que también valoran los sesgos que pueden condicionar los resultados encontrados, concluyen que los dispositivos m-health y e-health tienen un efecto beneficioso a corto y medio plazo sobre la intensidad del dolor y la depresión, y a corto plazo sobre el catastrofismo y la autoeficacia. Sin embargo, no se encuentra un efecto significativo sobre otros parámetros como la función física o la ansiedad. De igual manera, en sus conclusiones remarcan la necesidad de conocer mejor los beneficios de estos dispositivos a largo plazo, y la necesidad de llevar a cabo ensayos clínicos controlados donde la evaluación de los resultados sea “a ciegas”.
Sin duda, el futuro ya está aquí y el uso de las nuevas tecnologías, ya no tan nuevas, en el ámbito sanitario es una realidad que habrá que considerar en los pacientes con dolor crónico como parte de su abordaje multidisciplinar.

BIBLIOGRAFÍA

  1. Marzano G, Ochoa-Siguencia L, Pellegrino A. Towards a New Wave of Telerehabilitation Applications The Telerehabilitation Scenario. Open Public Health J. 2017;1(1):1-9. DOI: 10.23880/PHOA-16000105.
  2. Wang X, Shu W, Du J, Du M, Wang P, Xue M, et al. Mobile health in the management of type 1 diabetes: a systematic review and meta-analysis. BMC Endocr Disord. 2019;19(1):21. DOI: 10.1186/s12902-019-0347-6.
  3. Lee PA, Greenfield G, Pappas Y. The impact of telehealth remote patient monitoring on glycemic control in type 2 diabetes: a systematic review and meta-analysis of systematic reviews of randomised controlled trials. BMC Health Serv. Res. 2018;18(1):495. DOI: 10.1186/s12913-018-3274-8.
  4. Portelli P, Eldred C. A quality review of smartphone applications for the management of pain. Br J Pain. 2016;10(3):135-40. DOI: 10.1177/2049463716638700.
  5. Moman RN, Dvorkin J, Pollard EM, Wanderman R, Murad MH, Warner DO, et al. A Systematic Review and Meta-analysis of Unguided Electronic and Mobile Health Technologies for Chronic Pain-Is It Time to Start Prescribing Electronic Health Applications? Pain Med. 2019.  pii: pnz164. doi: 10.1093/pm/pnz164.
  6. Dworkin RH, Turk DC, Farrar JT, Haythornthwaite JA, Jensen MP, Katz NP, et al. Core outcome measures for chronic pain clinical trials: IMMPACT recommendations. Pain. 2005;113(1-2):9-19. DOI: 10.1016/j.pain.2004.09.012.